Hace ya un año que empezó la pandemia y me apetecía hacer un balance de los aprendizajes que he podido extraer de esta experiencia. Durante estos doce meses hemos pasado por distintas fases, tanto de confinamiento como de estados mentales. Hemos vivido en condiciones muy distintas a las que estábamos acostumbrados y, quién más quién menos, nos hemos adaptado a estas nuevas circunstancias.
Para mi, esta situación me ha confirmado lo que consideraba importante, en algunos casos incluso imprescindible, para la salud mental. Estos aprendizajes están basados en mi experiencia y pueden no coincidir con los de otras personas. En cualquier caso, espero que te puedan resultar útiles.
1. Importancia de cuidarse
En mi caso, uno de los aprendizajes más potentes de este año de pandemia ha sido corroborar la importancia de cuidarse a uno mismo. Cuidarse significa, a grandes rasgos, tomarse tiempo para uno mismo y hacer cosas que nos hagan sentir bien (o, como mínimo, mejor). En otras palabras, volver a cargar las pilas o, en lenguaje más psicológico, atender a las propias necesidades.
Estas acciones pueden variar mucho entre una persona y otra. Por ejemplo, para una persona cuidarse puede referirse a hacer deporte cada día en el aire libre, para tener un momento para él o ella dónde desconectar de la rutina. Por lo contrario, otra persona puede necesitar estar solo/a para recargar energías en silencio. Algunos preferirán estar con amigos, riendo y charlando, mientras otros escogerán dibujar con música tranquila de fondo. Cada uno tiene distintas maneras de atender a sus necesidades.
Uno de los aprendizajes de la pandemia ha sido reafirmarme en lo importante que es tomarse tiempo para uno mismo, para cuidarnos y recargar energías.
(Re)descubriendo nuevas formas de cuidarse
En este aspecto, otro aprendizaje de la pandemia ha sido descubrir nuevas maneras de cuidarme, ya que salir a pasear, quedar con amigos o sentarse en una cafetería no era posible. Al no poder salir, sobre todo durante los meses más estrictos, he explorado y redescubierto otras maneras de atender a mis necesidades cómo: escribir como me siento, disfrutar de una ducha con música tranquila y velas encendidas, hacer deporte en el comedor o cocinar.
Ahora tengo más presentes estas otras maneras de cuidarme y mi repertorio de “actividades que recargan mis batería” es más variado. Consecuentemente, tener más recursos me permite más flexibilidad y más variedad en mis actividades según las posibilidades del momento.
2. Importancia de cuidarnos
En este segundo punto sobre aprendizajes durante la pandemia hablo de cuidarnos unos a otros, de incluir la parte social y grupal.
El distanciamiento social me ha mostrado (y me continua mostrando) hasta qué punto mis amigos son importantes para mi. Asimismo, me ha forzado a ser creativa para descubrir otras maneras de transmitir y recibir cariño.
Al fin y al cabo somos animales gregarios y necesitamos compartir con otros y sentir que pertenecemos a un grupo para sentirnos bien emocionalmente.
Creando nuevas maneras de cuidarnos entre nosotros:
No poder quedar con las personas que amamos puede ser especialmente doloroso y difícil de vivir. Es importante que no nos cerremos en nosotros mismos y que mantengamos el contacto con nuestros seres queridos. Aquí te dejo algunas ideas:
- Mantener el contacto habitual: a través de video llamadas y mensajes.
- Organizar actividades: ya sea en versión online (por ejemplo, quedando para cenar juntos a través de la pantalla) o presencial (ir a pasear manteniendo distancias).
- Enviar y recibir detalles no esperados: gracias a internet podemos comprar lo que queremos y hacer que lo envíen en casa de otra persona. Otra opción más personalizada es enviar postales o cartas escritas a mano.
- Compartir como nos sentimos: decirle a alguien que le queremos, que lo echamos de menos o que nos gustaría abrazarle. Poner palabras a nuestras emociones nos ayuda a gestionarlas.
3. Importancia de los propósitos
Otro aprendizaje que hice durante este año es la importancia de tener un propósito o una razón de ser. Un propósito es una motivación, algo que es importante para nosotros conseguir y/o mantener. Es lo que da sentido a nuestra vida y lo que nos ayuda a organizarla. Aunque a veces estos conceptos se ven místicos y demasiado generales, no tienen porque serlo. Pueden ser muy genéricos y a largo plazo o, al contrario, muy concretos y prácticamente inmediatos: “Quiero sentirme satisfecha con el día de hoy” puede ser un buen ejemplo de propósito del día. En cambio, “Quiero tener mi propia empresa” representa una razón de ser a largo plazo.
Tener uno o varios propósitos, o razones de ser, nos ayuda a sentir que nuestra vida tiene sentido y a organizarnos para conseguir lo que queremos y mantener lo que ya tenemos. En esta época un poco confusa que nos ha tocado vivir se vuelve aún más relevante.
Algunos ejemplos pueden ser: tener una familia, hacer deporte regularmente, conseguir un trabajo que me guste, disfrutar de los amigos, sentir que continuamos aprendiendo, abrir un canal de YouTube, visitar todos los países del mundo… Como decíamos en el primer punto sobre la importancia de cuidarse, hay tantos tipos de propósitos como personas en el mundo.
Durante el confinamiento, e incluso ahora, tener propósitos a corto, medio y largo plazo me ayuda a sentir que existe un cierto orden y a mantener mi dirección.
4. Importancia de valorar el presente
Finalmente, y aunque suene a tópico, creo que todos podemos compartir este aprendizaje: valorar lo que tenemos. Dar la importancia que se merecen estas pequeñas cosas del día a día, que tomábamos por seguras y que ya no tenemos: ir a la cafetería a cualquier hora del día, pasear por el pueblo de al lado, quedar con la familia o los amigos sin preocuparse de distancias…
Apliquemos lo aprendido y valoremos lo que sí tenemos ahora, lo que podemos disfrutar (aunque sea con limitaciones): la sonrisa a través de la mascarilla del panadero de toda la vida, el abrazo de la persona con quién convivimos, los rayos del sol en la cara, el silencio en la ciudad…
Si te interesa este tema, profundizar en el disfrutar de las pequeñas cosas en este artículo: Como ser más felices: ¿disfrutas de tus «chispas de felicidad»? y aprender la técnica de la respiración consciente en este otro: Gestionar mejor las emociones mediante la técnica de la respiración.
Después de vivir un año en pandemia, ¿has hecho un balance de este año especial? ¿Qué has aprendido durante esta experiencia? Si te apetece, puedes compartirlo en los comentarios.